Holy Europa

Guía para sobrevivir a la crisis en una sala de cine

Hace unas pocas semanas, los presidentes italiano y español se reunieron en Madrid para contarnos una película con final feliz: Todo saldrá bien podría titularse, aunque todavía no han escrito el guión. No lo esperen, dudo lo tengan o lo vayan a tener. Al mismo tiempo, las salas y los festivales de cine de toda España proyectaban otra(s) película(s) bien distintas sobre la situación del continente. El Festival de Cine Europeo de Sevilla, el de Segovia y el Festival de Cine Italiano de Madrid parecían revelar una urgente sensación de mirada al abismo, sin marcha atrás. Desde diversos puntos de Europa late una misma sensación, estamos abocados a un futuro inmediato tan incierto como igualmente regenerador.

Como parecen rezar nuestros líderes, podemos optar por creer en Lo Imposible para salvarnos, aunque visto lo visto, no creo que piense lo mismo El Apóstol. Mientras tanto, otros luchan Contra el tiempo porque no Todo es silencio. La realidad (que no Reality) más cercana nos destapa múltiples Diamond Flash en bruto que nos recuerdan El mundo es nuestro, para así nunca olvidar que Libre te quiero, como recalca Basilio Martín Patino en su documental sobre el 15-M. Además, todo un cineasta batallador como Costa-Gavras vuelve a la carga arremetiendo contra la situación financiera al señalar a los culpables del mal que genera El Capital. Porque es difícil cambiar el sistema, lo sabemos, por eso también uno puede dejarse llevar por la salida fácil que propone otro cineasta comprometido (aunque parece cansado de estarlo) como Ken Loach, pensando que nos devolverán La parte de los ángeles al abrir un futuro idílico a su protagonista, que como el resto, por no tener no tiene ni presente, obviando que la completa inverosimilitud de su relato difícilmente nos servirá para salir de esta. Al menos a casi nadie, a excepción de que el cielo caiga y James Bond nos rescate. Oye, preparado está para ello. Y es que Europa en estos días se divide entre los que se dan El Festin de Babbete y los que creen que César debe morir. Por lo tanto, con Una pistola en cada mano esperaremos el FinEn la casa, Vulnerables, a su merced, mientras ellos viajan en sus limusinas a algún lugar seguro. Ojalá sea Hasta la vista, Holy Europa.

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