Echamos la vista atrás y analizamos un año de cine español que si bien no ha tenido grandes nombres, sí sorpresas muy especiales. La lista de doce títulos compone un collage bastante representativo de lo que ha sido el 2012, hay dos modestas películas de animación, un documental, algún hit comercial, dos óperas primas, pero sobre todo películas de autor: Vigalondo, Rosales, Trueba o Berger cuelan en la lista películas bastante meritorias. En un año marcado por la crisis, el cine español, que de crisis sabe un rato, se refugia en sus autores más pequeños mientras un par de películas salvan el año en cuanto a recaudación se refiere. Para bien o para mal, esto es lo mejor del cine español según Revista Magnolia.
Crítica
Escrito por Pablo Vigar
Solventando (de nuevo) con inventiva y un puñado de buenas decisiones la falta de medios, que en ocasiones se sospecha buscada y preferida a un mayor desembolso presupuestario, Nacho Vigalondo revisita su corto Domingo (2005) en busca de una excusa interplanetaria para armar una comedia romántica que escapa a las convenciones de ambos géneros, que no a los exquisitos referentes, palpable sobre todo en el caso de la ciencia ficción: no queda lejos el relacionado con La invasión de los ladrones de cuerpos (1956), cuyos trazos paranoicos se ven si cabe aumentados gracias a la labor de Raúl Cimas y Carlos Areces. El espectador, como Julián Villagrán, despierta a una situación reconocible enmarcada en un telón de fondo inconcebible, y se deja llevar por Vigalondo hasta una apropiada y nada complaciente conclusión. Y en el epicentro, para bien de todos, de este particular universo, Michelle Jenner, la mujer que cayó a la Tierra proveniente del espacio exterior.
Escrito por Antonio M. Arenas
La silueta de un hombre frente al horizonte pasa por ser una de las imágenes más evocadoras del cine del lejano oeste, pero vista de otro modo, también puede mostrar el patetismo de una masculinidad actual que no encuentra su sitio ni a su edad. Y esta idea visual ejecuta con elegancia Cesc Gay en su última película, fantásticamente interpretada por un gran reparto del que destaca el gesto tragicómico de Javier Cámara. Una pistola en cada mano (2012) continúa de forma episódica el retrato generacional que empezó hace ya una década con En la ciudad (2001), centrando su mirada aguda -en esta ocasión con más sentido del humor que amargura- en la ridícula existencia del hombre moderno y su incapacidad para las relaciones en pareja. Solos ante el peligro. Hasta que llegó su hora. En definitiva, de vaqueros sin sombrero.
Escrito por Gonzalo Ballesteros
Seguramente no hayan escuchado hablar de esta pequeña joya de animación y si lo han hecho sea por motivos negativos. Una paupérrima distribución impidió que llegara a muchas salas la que es, con permiso de Arrugas, la mejor película de animación española del año. Entre sus méritos, ser la primera película en stop-motion de nuestro país, pero sobre todo satisfacer al espectador con una historia que guarda toda la magia de la mitología gallega. Luis Tosár, Geraldine Chapline, Jorge Sanz o el fallecido Paul Naschy otorgan vida a estos personajes que transitan por el Camino de Santiago. Humor y terror se alían gracias a una atmósfera y una puesta en escena magnífica que merecía mejor suerte comercial de la que obtuvo.
Crítica
Escrito por Alejandro Arroyo
La creciente obra de Jaime Rosales se configura como una constante reformulación de su estilo; un sumatorio de búsquedas y hallazgos cinematográficos. Sueño y Silencio (2012) es la cicatriz que la vida cierra en falso y de la que nunca estamos preparados para reabrir y curar. Las reacciones son compartidas por el personaje y el espectador en una historia que no adquiere la sensibilidad e inspiración que Rosales alcanzó en La Soledad pero que ventila sus ideas para tender un puente en su próxima aventura, quien sabe si sobre las arrugas del tiempo o los tiempos de arrugas que vivimos.
Crítica
Escrito por Javier Pérez
La ópera prima de Paco León ha sido una de las películas del año en España, más por factores extrafílmicos que por sus méritos cinematográficos en sí. Cuenta con los errores esperables de un debutante, pero también con las ventajas que suelen tener los primerizos: hay verdad, pasión e ilusión en la historia de Carmina, algo que va más allá de su montaje o su puesta en escena. Hay talento, también, pero sobre todo hay uno de los personajes más reales del cine de 2012. Además, la famosa distribución multi-ventana de León ha sido un experimento muy a agradecer en un momento en el que todas las formas de reimaginar una industria en crisis son bienvenidas.
Escrito por Pablo Vigar
Aunque con extrema cautela, podríamos reconocer un parecido entre la serie de televisión The Wire y la cinta de Alberto Rodríguez, director versado en un tipo de cine liderado por personajes marginales. Ambas proponen una visión de la realidad desprovista de florituras, y ambas terminan por ser tan sólo una consecuencia directa del contexto que las rodea. Amén de la temática policíaca que las dos comparten, centrada en este caso en la limpieza a la que se sometió a Sevilla antes de la Expo del 92. El principal atractivo de Grupo 7 es, no obstante, Antonio de la Torre. El actor malagueño hace de la contención interpretativa su mejor arma, por encima de los bramidos de un Mario Casas que se muestra sin embargo capaz de hacerse con un papel dramático. Quizás el reparto de secundarios sea lo que secunde a la perfección ese sentido dominante de realidad, en la barra de un bar, entre vasos de whisky y almendritas, en una de las mejores películas españolas de este año.
Crítica
Escrito por Antonio M. Arenas
Llegado un momento del intenso documental sobre el rescate del montañero Iñaki Ochoa de Olza, hay una frase que en boca de uno de sus compañeros nos golpea y da sentido a lo que estamos (vi)viendo: “Tenemos un cierto tiempo para estar en la tierra, y deberíamos hacer algo que realmente nos guste hacer”. Presa de un inevitable sentimiento de pérdida, pero sin disimular ni un ápice la pasión por su manera de vivir, Pura Vida (2012) nos recuerda el principio de toda aventura: que probablemente pueda acabar en tragedia. El film de Pablo Iraburu y Migueltxo Molina no es solo la emocionante reconstrucción documental de una búsqueda, lleva dentro un thriller que conmueve por su fragilidad, la de los que ponen en riesgo su vida por hacer aquello que aman, moviendo montañas por una causa común: ayudar a uno de los suyos. El uso de infografías digitales al pie del Annapurna para ayudarnos a situar la acción, unido a la recreación in situ de los hechos junto a sus protagonistas, resalta unos signos de modernidad documentales en los que irrumpe la extraña y apasionada personalidad de cada uno de los montañeros. Un imposible encuentro entre Fincher y Herzog ha tenido lugar en nuestra cinematografía.
Escrito por Antonio M. Arenas
¿Qué podemos decir a estas alturas de la película que ha trastocado el cine español este año? Lo cierto es que mucho y nada. El film de Carlos Vermut pone a prueba al espectador, desarticula su historia para contarnos los huecos de las tragedias que a su paso va dejando un extraño superhéroe. No hablamos solo del mérito de una película de bajo presupuesto que logra ser vista a través de internet, sino de su forma y manera de ser, tan propias y estimulantes que ni el dinero las podría haber cambiado. Diamond Flash (2011) es un espejo en el que se mira este cine español de guerrilla que pelea frente a la crisis sin salir en los telediarios, su razón de ser se encuentra en ajustar una película que contar a las necesidades de producción, y no al revés, aunque nos gustase fuera de otra manera. Además, el cortometraje realizado junto a Venga Monjas, Don Pepe Popi, supone una muestra de crueldad cómica que, acompañada del corto Maquetas (ganador en Notodo) y sus trabajos en el mundo del cómic como Cosmic Dragon, hacen de Vermut uno de los jóvenes talentos más instigadores de nuestro cine.
Crítica
Escrito por Gonzalo Ballesteros
David Trueba es uno de esos autores todoterreno que no es fácilmente catalogable; guionista, escritor, actor, director… También es el hermano pequeño de Fernando pero merece más reconocimiento que ese. Su capacidad narrativa queda fuera de duda ante aquel que se haya cruzado con alguna de sus novelas, especialmente destacable Saber Perder (2008), además como guionista ha firmado trabajos impecables. Con una filmografía sólida, su última película, Madrid 1987, viene a reivindicarle como un autor que además de saber escribir tiene un gusto estético exquisito. Las interpretaciones del incuestionable José Sacristán y María Valverde terminan de redondear una película pequeña y bonita.
Escrito por Antonio M. Arenas
La sensibilidad en el trazo, tanto del dibujo como de la construcción de la narración y sus personajes, hacen de Arrugas (2011) uno de los logros más emocionantes que el cine de animación español haya alcanzado. Adaptando la novela gráfica de Paco Roca con un presupuesto ajustado y sin teleabusivas campañas de marketing, el film de Ignacio Ferreras busca la poesía sin pretender ser la obra de un poeta, en la sencillez de su historia y sus protagonistas encuentra la emoción de una vida que se escapa y altera. No sin crueldad, pero repleta de candidez y ternura, se nos presenta una obra tan modesta como profunda en el retrato de la enfermedad, que en su imparable camino nos hace participes no sólo de su desgarradora tristeza, sino de sus descubrimientos e ilusiones. Las de unos niños que a veces olvidaban ya eran mayores.
Crítica
Escrito por Gonzalo Ballesteros
El impacto de Rec (Paco Plaza y Jaume Balagueró, 2007) lo convirtió en un fenómeno inesperado, estandarte de la ola de films de terror en España de los últimos años. Dos años más tarde volvimos a aquel edificio infectado de Barcelona, pero esta vez no lo vimos a través del cámara de televisión sino a través de los cascos de aquellos policías que irrumpieron en él. Este año se estrenó la tercera parte de una saga que parecía agotada, al menos en su forma dado que la imagen diegética comenzaba a cansar. Paco Plaza en solitario supo resolver esta cuestión y romper con las películas anteriores en la boda más terrorífica y divertida a la que hemos asistido nunca.
Crítica
Escrito por Antonio M. Arenas
Berger (resu)cita a los pioneros, los malditos, los olvidados, porque en el fondo sabe es uno de ellos. Porque su película no es un homenaje, es la continuación de un cine extinto pero no perdido. Una orfebrería de la imagen que a través del montaje (especialmente brillante el de las secuencias taurinas), la fotografía y la dirección musical, logran que el fotograma cante, llore y baile al ritmo que un fantástico reparto, del que aturde una Maribel Verdú que no necesita ser bruja para dar miedo.