Llueven ranas: Editorial #22

¿Cuál es tu película favorita de Roman Polanski?

Se da la casualidad de que en el número de febrero, a la vez que tiene lugar la quinta entrega de nuestro estudio detallado sobre el cine de Woody Allen, damos un repaso a la filmografía de Roman Polanski, que regresa a nuestras carteleras con el estreno de La venus de las pieles (2013). Coinciden, pues, en nuestras páginas, dos artistas excepcionales, con una larga y consolidada trayectoria autoral a sus espaldas, pero que como a estas alturas bien sabrán, en tantas ocasiones han sido desagradablemente noticia por su vida personal. Pero no, esta no será otra entrada de las que pueblan internet tratando de culpar o defender a uno ni a otro, menos aún estando tan de actualidad la polémica carta abierta de Dylan Farrow. Nada más lejos, intentaremos llevarlos a su terreno, al que nosotros como medio cinematográfico nos concierne, por el que creemos acabaran perdurando sus nombres.

Para empezar, no podemos negar que el debate sobre la validez de la etapa europea del cine de Woody Allen sigue abierto. Unas convenientes y bien pagadas vacaciones alejadas de la industria americana que pueden verse como un sano escondite, como una oportunidad de trasladar sus reflexiones sobre el ciudadano neoyorquino a la cultura europea; pero también una excusa para disimular las carencias y falta de ingenio de sus últimos guiones. Existe una evidente disparidad de opiniones, falta consenso a la hora de valorar una serie de películas, de indudable interés, pero que comparten opiniones favorables frente a otras decididamente en contra. Encontrar un punto intermedio y reivindicar esta etapa de su filmografía será nuestra intención. Por otra parte, tras adaptar la obra Carnage de Yasmine Reza, Roman Polanski continúa con La venus de las pieles su juego teatral de seducción tantas veces memorable en su cine. Su cámara se nos abre en carnes en un pequeño espacio, cuya mirada insiste en los pequeños detalles, encerrando a sus personajes. Un encierro al que probablemente él mismo esté demasiado acostumbrado y del que ya no quiera escaparse.

Dos formas de entender el cine íntimamente unidas a su personalidad y pasado, psicoanálisis o teatralidad, son tan solo algunas de sus formas de retratarlo. Pero hablando entre nosotros, como ya está coincidencia no nos parecía lo suficientemente arriesgada, decidimos dar relevancia urgente a una pequeña película cuyo debate forma parte intrínseca de la sociedad vasca y del conjunto del país. Un terreno farragoso que rodea a la banda terrorista ETA en el que Aitor y Amaia Merino se adentran con Asier ETA biok (Asier y yo, 2013), compartiendo su perspectiva del conflicto desde la amistad con un miembro de ETA. Que Asier Aranguren fuera detenido poco tiempo antes de su estreno, las dificultades del documental para encontrar salas y especialmente el rechazo de los medios tradicionales a enfrentar las cuestiones que la película desarrolla, nos llevan a no sólo a reivindicar el film, sino a despertar la relación entre cine y ETA con un necesario artículo complementario.

Además, dos nuevas columnas se unen a nuestra colección, en constante movimiento para mantener mayores frentes abiertos: “A la contra”, que pretende ser un espacio en el que analizar las tradiciones y las tendencias que rodean el audiovisual desde un punto de vista crítico y divergente para desmontar clichés o abrir debates; y “Libros de cine”, que como su propio nombre indica, se centrará cada número en la reseña de una obra literaria estrechamente relacionada con el cine o la televisión. Damos pues inicio con Terence Fisher de Joaquín Vallet Rodrigo, uno de los últimos lanzamientos de Cátedra, acompañado de una “Sesión Doble” del director sin el que no entenderíamos la Hammer. El resto de columnas serán actualizadas a lo largo del mes, al igual que lo harán las críticas de cartelera, irremediablemente abducidas por las nominaciones a los premios Oscar, de las que trataremos de buscar alternativas. Haberlas, haylas.

portadas

Una alternativa como supone la nuestra, Revista Magnolia. Independiente, joven, pequeña y de corta experiencia, pero que en los últimos meses ha centrado sus análisis y dedicado portadas a quienes no las han tenido en los principales medios especializados españoles. No encontrarán en sus portadas a Richard Linklater, Sofia Coppola, Nicolas Winding Refn, Jeff Nichols o los Coen, incluso tampoco a Roman Polanski. Por ello, aunque nuestra función parezca ser mínima, seguimos creyendo en ella como si fuera indispensable, ante todo con la convicción de que el cine no es solamente una parte importante de nuestras vidas, sino que al aportar otros puntos de vista nos ayuda a progresar como sociedad y como profesionales, sobre todo a los que no parecemos formar parte de ninguna de las dos cosas. El cine y su escritura nos enfrentan a nuestras dudas, incluso las de aquellos que consideramos nuestros enemigos o a quienes sus actos nos plantean problemas éticos, para al final, cambiar, ser otros al salir del cine y ser nosotros mismos al escribir, que es lo importante. ¿Cuál es tu película favorita de Roman Polanski?

Antonio M. Arenas y Gonzalo Ballesteros

Magnolia22

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