Cuando todo apuntaba que el final de Breaking Bad dejaría un hueco difícil de llenar en el espectador, tan sólo fueron necesarios unos pocos meses para celebrar otro gran triunfo de la ficción televisiva que ha irrumpido en nuestras pequeñas pantallas: True Detective. La comparación con la serie de Vince Gillian viene a colación del enorme impacto que ambas ficciones han tenido en el espectador y la crítica, generando debates acerca de cual se sitúa más arriba en el ranking histórico de las series de televisión. True Detective sólo ha necesitado las ocho horas que componen su primera temporada para codearse con pesos pesados como Los Soprano, The Wire o la citada Breaking Bad.
No es nuestro propósito comparar ni discutir cual serie es mejor o por qué, pero sí ir más allá al analizar algunas de las causas por las que True Detective ha convencido a crítica y público. La serie escrita y creada por Nic Pizzolatto y dirigida por Cary Joji Fukunaga sigue las investigaciones de una pareja de policías que en su primera temporada son Rust Cohle (Matthew McConaughey) y Martin Hart (Woody Harrelson). Proponemos un análisis a través de tres textos que se acercan a True Detective por distintas vías; Juan Avilés explora las influencias de una serie particularmente literaria en El realismo pesimista; Daniel Reigosa analiza con A través de la lente el trabajo del director de fotografía Adam Arkapaw y sus reminiscencias a trabajos de fotógrafos como Richard Misrach; por último, Gonzalo Ballesteros desgrana uno de los momentos claves de la serie, el plano-secuencia al final del cuarto capítulo: “Who goes there”.