La Titanus presenta
Una de las joyas de la corona de la 67º edición del Festival de Locarno fue sin lugar a dudas la extensa retrospectiva dedicada a la legendaria productora italiana Titanus, todavía en activo en manos del nieto de su fundador. La proyección de más de cincuenta películas de su colección, programadas con la colaboración de instituciones como la Cinemateca de Bolonia, la Cineteca Naziolane italiana o la Cinemateca suiza, quedaba completada con la edición de un libro que trata de definir y encapsular el universo de una empresa familiar, fundada por Gustavo Lombardo en 1904, que se convertiría en todo un emblema del cine popular italiano gracias a éxitos como Pan, amor y fantasía (Luigi Comencini, 1954), que dio lugar a sus propias secuelas -una de ellas llamada Pan, amor y… Andalucía (Javier Setó, 1959), protagonizada por Carmen Sevilla y Vittorio Da Sica-, pero que también supo ofrecer cobijo a autores como Antonioni (Las amigas, 1955), Fellini (Almas sin conciencia, 1955), De Sica (Dos mujeres, 1960) o Argento (El pájaro de las plumas de cristal, 1969), junto a enormes superproducciones cuyo fracaso termino por conducir la Titanus a la ruina. Entro los más sonados Sodoma y gomorra (Robert Aldrich, 1962) y El gatopardo (Luchino Visconti, 1963).
Titanus. Family diary of italian cinema supone, pues, una pieza de considerable valor historiográfico, que pronto abandona las intenciones didácticas de sus textos iniciales para abordar una profunda lectura de archivo que incita a repasar los principales títulos de su filmografía. Todo acompañado de numerosos datos técnicos, fotografías de su archivo, una amplia cronología histórica, documentos privados y entrevistas de la época. Un material profuso con el que hacer pervivir su legado, comprender y transmitir su esencia. Pese a titularse como diario, llega a tal punto su desmesura que el esqueleto del libro acaba siendo tan complejo, extenso y detallado que en el fondo realmente nos encontramos ante una pequeña enciclopedia de la Titanus, repleta además de textos críticos que afrontan la diversidad de su producción y nos invitan a descubrir todas sus caras, especialmente brillante cuando detalla su intento fallido por crear una Nouvelle Vague a la italiana.
Coordinado por Sergio M. Germani, Simone Starace y Roberto Turigliatto, con Olaf Moller, Carlo Chatrian o Miguel Marías entre sus firmas, desde el primer momento el libro acierta al desarrollar un punto de vista que asume la aparente falta de personalidad de las producciones de la Titanus como una oportunidad precisa para indagar en las distintas personalidades que tuvo la productora en su época dorada, los años cincuenta, una cualidad menospreciada por su condición ajena a la política de los autores. Esta perspectiva permite una lectura amplia de sus géneros fetiche (muy ligados también a la historia del cine italiano), análisis minuciosos de sus guiones, del sistema de producción e incluso del montaje (en el que se nos desvela escondía su estilo la productora), sin dejar a un lado su posterior decadencia ni a los olvidados directores habituales del estudio, Raffaello Matarazzo y Luigi Comencini, junto al repaso a otras figuras relevantes de la Titanus a lo largo del Siglo XX.
Aunque su acabado supera la media, Titanus. Family diary of italian cinema no se libra de los peores vicios de los libros editados por festivales, concretamente carece de la sensación de conjunto que una obra más modesta en sus intenciones habría conseguido. Además, en ocasiones su perjudicial exceso de datos y anécdotas dificultan que una perspectiva crítica y un análisis más profundo se cuelen en los textos. Este desorden contrasta con esa idea enciclopédica o de diario familiar que no termina de redondearse. Tampoco beneficia al lector que la edición esté publicada simultáneamente en inglés e italiano. Decisión que no habría sido un problema de no encontrarse ambas tan descompensadas, de edición descuidada en las páginas en inglés en contraste con detallismo de la maquetación del texto en italiano.
Salvando su caótica densidad, el resultado ofrece una generosa oportunidad para adentrarnos a todos los niveles en un rincón fundamental de la historia del cine italiano. Y lo que es mejor, a través de una mirada atípica, la del legado de la propia productora. Un legado también del que aprender, diverso e irregular, condenado al fracaso pero no al olvido, que esta publicación revaloriza consolidándose como obra de cabecera. A la que volver al tiempo que recuperamos sus clásicos y también sus films más modestos, intrascendentes o fallidos, porque ofrecen un reflejo auténtico del pasado de Italia (el país y la cinematografía) tras la Segunda Guerra Mundial. Fiel a su reconocible escudo, la Titanus siempre seguirá presentando todas sus películas sin hacer distinción alguna, como una familia quiere por igual a todos sus hijos.
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