Conversamos con el emergente cineasta israelí Nadav Lapid (Tel Aviv, 1976) días antes de que The Kindergarten Teacher lograra el Giraldillo de Plata en el Festival de Cine Europeo de Sevilla. Un reconocimiento que no sabemos si será suficiente para distribuir la película en nuestro país, a sabiendas de que su anterior película, la controvertida y valiente Policeman, permanece inédita en nuestras fronteras pese a lograr el Premio Especial del Jurado en el Festival de Locarno de 2011 [Nota del autor: Finalmente las dos se estrenaron]. Sería deseable que los debates éticos y artísticos que propone The Kindergarten Teacher con su insólito planteamiento salgan del circuito de festivales y lleguen al gran público. En el intento, esbozamos algunas de las ideas que surgen tras verla con una breve conversación alrededor de la génesis del proyecto, las contradicciones que plantean los personajes, sus inquietantes decisiones narrativas y las dudas acerca de la posición del arte en nuestro mundo. De lo que no cabe ninguna es que The Kindergarten Teacher es una de las grandes películas del año.
En The Kindergarten Teacher presentas la historia de un niño con una capacidad para la poesía realmente especial, pero la cuentas desde el punto de vista de su profesora desde el principio, ya con el mismo título.
Fácilmente podría haber sido la historia de un chico de cinco años que escribe poesía, sobre su mundo, su talento, pero por muchos motivos la película no trata de él, sino sobre la profesora. Básicamente para mí el artista no es interesante, aunque el público esté más interesado en el artista. De algún modo el artista tiene su dolor y el poeta tiene sus poemas, pero la persona que tiene que lidiar con las palabras, la que tiene que lidiar con sus poemas, la que tiene que decidir si oír lo que dicen o no, abrir los ojos o cerrarlos, es mucho más interesante. Es ella quien tiene que atravesar el drama.
En segundo lugar, creo que es una película que habla mucho sobre la fe. La pregunta más interesante de la película no es si el niño es un genio o no, si los poemas son excelentes o mediocres, la cuestión principal es la decisión voluntaria o involuntaria de esta mujer de creer en las palabras del niño, creer en el niño, creer en lo imposible. Ella toma la decisión de no girar la cabeza, de mirar y escuchar, prestar atención, reflexionar y entonces creer en ello. Persigue su creencia hasta el final, cree en lo imposible, en las contradicciones, la profesora cree en algo abstracto, por eso pienso que ella es el personaje principal. El artista encuentra el alivio en su arte y los momentos de creación, por mucho que su existencia pueda ser difícil o dolorosa siempre tiene ese lugar al que huir que es el arte, su manera de escapar. Lo fascinante son esas personas que no pueden escapar.
El personaje de Nira, la profesora, cruza ciertas reglas éticas. Ella cree en el poeta, pero la gente que está a su alrededor se aprovecha del niño. Y aunque ella también lo explote leyendo sus poemas en clase de literatura, lo hace por admiración, le trata como un profeta. Ella ve en él una nueva esperanza y la posibilidad de un cambio, es una idea que está muy presente en la película.
Para ella va mucho más allá de salvar al chico, se trata de salvarse a sí misma o salvar la poesía. Ella es una mujer más, pero en su cabeza cree que por una vez el mundo va a escuchar la poesía, tiene la oportunidad de hacer que el mundo escuche el Hagar, ella va a cambiar el curso de la historia y va a cambiar el mundo con sólo cuatro líneas de un poema. Es algo entre cambiar la historia y declararle la guerra a un mundo que está mal, una sociedad que está loca. Actúa en contra de la persona que se sienta delante de su televisor cada noche y ve la estupidez, incluso si esa persona es su propio marido. Ella apunta muy, muy alto, para ella los poemas del niño son una especie de hechizo mágico, cree que una vez que la gente oiga esté hechizo van a ser incapaces de seguir haciendo su vida normal. Verán lo vacío, verán la fealdad, la vulgaridad.
Y también la violencia, porque los poemas están llenos de motivos violentos y tu película también está impregnada de violencia. La profesora abofetea al chico, le hostiga, además de generar una relación violenta con su entorno.
Ella no es una de esas personas estúpidas e idealistas. Los poemas no van sobre flores y mariposas, están llenos de violencia, incluso diría que de sexo. Ella tampoco es una persona política en su significado simple, ella no es Martín Luther King, ella no dice lo de “tuve un sueño….” Ella no busca un mundo mejor, sino un mundo más profundo, más inteligente, artístico. Y el arte también es algo horrible, también es violencia, es tristeza, muerte, es una vida sin sentido.
Una de las claves de la película es que los poemas son tuyos, además escritos cuando eras un niño. ¿Cómo surge la película? ¿Al encontrar los poemas sientes inmediatamente que tienes que hacerla o ya tenías una idea aproximada y pensaste que tus poemas encajaban?
Fue un poco de ambas cosas. Empecé una extraña carrera de poeta a los cuatros años, seguí escribiendo hasta los cinco o seis años y medio, luego paré y no volví a pensar en ello en mi vida. Los poemas estuvieron almacenados en la casa de mis padres durante 30 años, cuando los encontré no los recordaba, no me recordaba a mí escribiéndolos. Un día abrí un cajón, los vi y en ese momento la película era más sobre la profesor que sobre el niño, porque no recuerdo al niño que escribió esos poemas, pero de repente tenía que lidiar con esas palabras.
Los poemas son en cierta manera la génesis, pero también fue un deseo cinematográfico tras mi anterior película Policeman, fascinado por esas cuestiones o ansioso por ellas, cuestiones que todos nos preguntamos ¿Queda algún lugar en nuestra sociedad en nuestro mundo para estos poemas? Lo dejaré en palabras de la profesora. “¿Cómo vivir en una sociedad que odia la poesía?” Hay cierta hostilidad del mundo respecto al arte, a menudo ciertas películas se vuelven marginales. ¿Qué dice de nosotros que la poesía se vuelva algo marginal? La idea tras la poesía es la de una persona sentada en su habitación escribiendo libremente, línea a línea, hablándole a la humanidad, a la historia, es algo pequeño pero a la vez muy, muy grande. Pero al ser algo tan pequeño, cuando se convierte en algo marginal es cuando todo se acaba. El arte debe existir dentro de la vida, no puede estar solamente en contradicción con la sociedad. Pero quizá el arte debe ser siempre intimidado, perseguido y con falta de confianza. ¿De que sirve un poeta al que todo el mundo alaba y al que siempre dan medallas? ¿Qué tipo de poesía escribiría un poeta así? Quizá una poesía no muy interesante. Quizá escribe mejor cuando se siente intimidado, humillado. Todas estas relaciones son también básicas para lo que ocurre en esta película.
El espectador puede llegar a creer que la profesora lleva razón y es una buena persona, pero la película guarda contradicciones respecto a ella, realmente está haciendo cosas incorrectas todo el tiempo, además de dejar a su familia al margen de su vida.
Puedes ver sus pecados, su fascinación por el arte. Y eso es algo presente en la película, no se muestra a unos que son los buenos y otros que son los malos, hay una relación muy complicada entre poesía y vulgaridad, entre poesía y poder. Si piensas en The Kindergarden Teacher como una película sobre nuestra época unos podrían decir que es una buena época, quizá otros dirán que es una época estúpida, quizá la más vacía. Está combinación que vemos en el padre del niño y también la vemos en la niñera, por una parte ella es una actriz metomentodo y egocéntrica y por otra parte cuando canta descubres su capacidad para emocionar. Algo así es lo que pasa con la moda de los selfies, la mayoría del tiempo es estúpido pero algo está pasando ahí.
Precisamente cuando la profesora conoce al padre del niño surge una extraña conexión entre dos mundos opuestos. Se trata solamente de una escena, pero quizá en ella llega a mostrarse la forma en la que se rige el mundo.
Creo que sí, puedes ver cómo se rige el mundo en esta escena. El padre del chico, por ejemplo, es el malo pero al mismo tiempo hay algo muy carismático respecto a él, todo el mundo a su alrededor se siente impotente y él hace cosas, despide a la niñera.
Sobre tus decisiones de puesta en escena, en las secuencias de la guardería sitúas el punto de vista de la cámara a la altura de los ojos de los niños. Impones una autoridad por parte de la profesora, pero lo asombroso es el intento por acercarte a un mundo que no entiendes, como no comprendemos el mundo del niño.
Con la altura de la cámara hablamos de cuestiones como el colapso entre el mundo de los niños y los adultos, el mundo que está explicado y el que no se explica, el mundo que yo entiendo y el que desconozco. En cierta manera intenté convertir a los niños en actores adultos, porque yo nunca había tenido niños en mis películas, pero en el momento que decidí hacer The Kindergarden Teacher entendí que los niños no podían ser solo parte del escenario, tenían que ser sustanciales en la película. Quizá debería revelar el hecho de que traté de usarlos como adultos y se negaron, creo que eso se ve en el modo que se comportan con la cámara. Porque la cámara soy yo, es el profesor, es el adulto, el organizador. Si te fijas, a menudo los niños miran a la cámara, no están centrados en el cuadro o se acercan demasiado. En cierta manera se niegan a respetar, aceptar y obedecer, así que tienes que mostrar está colisión, esta diferencia entre el mundo del adulto y el mundo del niño.
Alrededor de este niño poeta construyes un personaje solitario y ensimismado. Rara vez habla pero sabe que tiene un enorme poder con sus palabras. ¿Qué te motivó a desarrollar un personaje con tanto misterio a su alrededor?
La relación entre la profesora y el niño es como cuando crees en algo abstracto, buscas en lo abstracto algo que te de una señal. La gente que cree en Dios espera ese preciso segundo, miran al cielo, ven el sol y de alguna manera saben que existe. El niño es realmente un mundo al que mira la profesora, pero él realmente no es muy generoso con ella, se abre un segundo sólo para volver a recluirse en si mismo. La falta de generosidad con ella es otra prueba de que es un verdadero poeta, porque un autentico poeta no puede ser generoso, debe ser narcisista. Por ejemplo cuando ella le pregunta: “¿De dónde vienen las palabras?” Él está obligado a no contestar a la pregunta, debes dejar al público insatisfecho, no puedes contarlo todo, tienes que guardarte algo para ti. Creo que esa es la clave que define al personaje: las pocas cosas que dice, pero sobre todo las cosas que se niega a decir.
En Policeman y The Kindergarten Teacher das una enorme importancia al sentimiento de duda e incomprensión de los personajes. Quieres que la audiencia dude, que el espectador tenga diferentes opiniones y carezca de respuestas a todo. Además, el plano final de ambas películas es la cara del niño y la cara del policía, pero ellos no saben lo que está pasando, si van a cambiar o entender el mundo.
Para mí una de las grandes cosas, las cosas autenticas vienen junto a la duda. Tras cada concierto, después de que la orquesta termine, llegan los momentos de silencio, cuando de repente todas las cosas que parecían claras se convierten en duda. Es raro, pero en ambas películas había en guión un final más cerrado, pero fueron cortados porque en cierta manera para mí lo genial de las películas es que aunque tengas una idea clara del final, lo cortas y entonces llegas a la verdad. Un cierre sincero es cuando el final ocurre en otro sitio, o a lo mejor ni siquiera hay final pero ocurre en la mente del espectador cuando está sacando el coche del parking del cine.
Se podría decir que tus dos películas funcionan como un poema, ya sea por el misterio de los personajes o por ciertos componentes entre lo abstracto y lo mitológico, además de no tener una conclusión narrativa al uso. Te permiten pensar. No sé cómo fue la acogida en Israel de Policeman, en la que abordas con gran complejidad el terrorismo, desde fuera parece que sabes lo que ocurre en tu país y quieres sembrar la duda en el espectador de algo que está a punto de explotar.
En cierta manera ambas películas hablan de contradicciones que nunca van a ser resueltas. No me gustaría que la poesía fuese erradicada, pero tampoco me gustaría presenciar la victoria de la poesía. El día después de la victoria de la poesía alguien tendrá que escribir un poema ¿y sobre que escribiría? Tampoco la justicia puede ganar sobre la injusticia. Estas tensiones sin resolver son para mí la descripción de la vida. Y al final del todo, si lo que quieres es poner la vida en la pantalla debes mirar todas las contradicciones que la componen, pero resolverlas sería traicionar la vida.
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