Tras siglos y siglos de vida y de muerte, es curioso como el ser humano aun no está del todo acostumbrado a la expiación de su existencia. Tan solo una minoría osa a burlarse de ella con la acidez que simboliza el, a veces mal visto, humor negro
Finales felices: El principio de la infelicidad Nos presentaron un dos de Marzo de hace unos años, aún así recuerdo todo al detalle y, quizás, lo haga siempre. Apareció sin envoltorio, sin lazos… porque no necesitaba convencer. A pesar de ser un clásico, nunca había tenido la oportunidad de profundizar en ella y ahora ahí estaba, vestida con 97 deslumbrantes [&hellip
Podría rellenar horas y horas con el detestable espíritu navideño, pero el fantasma del futuro me aconseja que evite los linchamientos públicos y amordace mi opinión sobre esta secta, cuya única doctrina es la felicidad por cojones.
Hoy en día todo el mundo miente y a todos nos mienten -el que lo niegue, más lo hace- y el séptimo arte, amigos míos, no iba a ser menos. Están las mentiras piadosas, las mentiras rutinarias, las mentiras graves y, luego, lo que hace el cine con el sexo: pasarse por su forro de 35 mm el octavo mandamiento
La culpa de que tengamos tan idealizado el amor es de las películas y el pop, que sólo potencian mentiras y corazones rotos. Las verdaderas historias de amor son aquellas que no tienen un final feliz, por eso a continuación solo se tratarán cintas aptas para rupturas