Si hace dos años "Carmina o revienta" vino a tratar de modificar el rumbo del enorme barco de la distribución y exhibición patrias, componiendo por el camino una historia del extrarradio, la que nos ocupa llega para afianzar tendencias, sentando de nuevo cátedra en ambos frentes
Carmina o Revienta no es una película convencional, lo que tampoco quiere decir que sea una comedia brillante ni revolucionaria. Rodada en apenas 11 días y sin financiación pública, ojalá este sea el principio de un nuevo camino que haga reventar el modelo de producción y distribución cinematográfica tan anclado en el pasado