La retirada del cine de Hayao Miyazaki y el reciente estreno en nuestras pantallas de su film de despedida, El viento se levanta, nos llevan de manera obligada a recorrer uno a uno los títulos de una trayectoria de iconografía y poética a la altura de los más grandes cineastas asiáticos
En sus más de treinta años de carrera, el director japonés no ha cesado de combatir el mundo actual de una manera global, desde todos los ángulos y, lo que es más importante, promoviendo una alternativa ecologista, feminista y pacifista; bajo la óptica de Zizek, profundamente marxista. Miyazaki además de como maestro de la animación, debe ser reconocido como un cineasta político, por su constante de activismo a través de la imagen y por la defensa de la justicia social
Las conquistas del binomio formado por Hayao Miyazaki en la dirección y Joe Hisaishi en la composición musical sólo pueden compararse en el cine hecho al otro lado del mundo por el que han formado, también durante décadas, Steven Spielberg y John Williams. Que no es decir poco