Después de contar que ha sido para Revista Magnolia Lo mejor de 2011 no nos podemos resistir a hacer otro top 11 de lo mejor del cine patrio. Humor, cine de autor y gratas sorpresas se mezclan en este collage que no sabemos si es representativo pero al menos si muestra variedad dentro de un cine en eterna crisis que debería ser objeto de un pausado estudio. Mientras tanto, estas son las mejores películas del año según nuestro criterio.
Injustificado batacazo de taquilla para Borja Cobeaga tras Pagafantas (2009). No controles es una comedia de corte clásico que tiene mucho que ofrecer, y que nos regala uno de los personajes más hilarantes del pasado año: el enérgico Juancarlitros, interpretado por el chanante Julián López. El peso de la película recae inevitablemente en el estrambótico humorista, pero no deja de ser una comedia muy disfrutable y con grandes momentos.
Pedro Villena
Los hermanos Crebinsky y su inseparable vaca, protagonista indiscutible, viven en un universo propio. Ajenos al devenir del mundo real que se entromete en su apacible existencia regalando al espectador una aventura tan surrealista como disfrutable. Una obra pequeña pero arriesgada que tuvimos la suerte de disfrutar en el Festival de Málaga pero que no tuvo mucha distribución comercial a pesar de que merece ser reconocida y que alcance mas notoriedad. ¡EEEEIIIII!
Gonzalo Ballesteros
Hacer un buen western no es tarea fácil. Realizarlo abordando el mito de Butch Cassidy, cogiendo el testigo que dejaba la alargada sombra de la magnífica Dos hombres y un destino (George Roy Hill, 1969) y salir airoso, todavía menos. Que el director y la producción sean españoles casi siempre complica la cosa. Pero que encima salga Eduardo Noriega y la película siga siendo buena, eso, eso tiene un meritazo. Por sus defectos, hay que quedarse con sus virtudes, y es que Mateo Gil nos brinda una elegía sobre los restos que quedan del lejano oeste, que no es poco.
Antonio M. Arenas
Quizás, seguro, no sea un documental que esté a la altura de la figura de Enrique Morente, pero su genio tampoco lo pone fácil. Enfocada como documental musical, y dirigida con más buenas intenciones que acierto, aunque sea solo por disfrutar de algunas de las últimas actuaciones del maestro granaíno y volver a verlo tan vivo, ya es un placer. Lo que iba a ser un documental sobre su obsesión sobre Picasso (plasmada en el álbum Pablo de Málaga) y la relación de este con su barbero, acaba convertido en uno precipitado sobre su vida y obra debido a su muerte, por lo que al final no es ni una cosa ni la otra, pero qué demonios, es el único documental de Morente que nos ha estremecido y se haya estrenado este año.
Antonio M. Arenas
Saber posicionarse, moral y formalmente, contando una historia sobre un tema tan delicado probablemente sea el mayor reto que solventó Montxo Armendariz. Formalmente, acierta siguiendo a su protagonista y colocando la cámara a su altura, una niña que crecerá a marchas forzadas y de la que nos hace partícipes de su sufrimiento, adentrándonos en su miedo como si de una película de terror se tratara. Moralmente no tiene ni un resbalón, no cae en secuencias gratuitas ni demoniza a sus personajes. Los extractos documentales, lejos de desentonar, nos conciencian de que no solo estamos viendo una película sobre el miedo, que el terror es real. Todo un ejemplo de postura cinematográfica.
Antonio M. Arenas
Cine de suspense al más puro estilo Polanski. Luis Tosar es el eje del film y nos regala otra magistral lección de interpretación metiéndose en la piel de un ambivalente portero de edificio que pretende que la existencia del resto de inquilinos se equipare a la suya en cuanto a infelicidad. Jaume Balaguero dirige con pausa y contención, y vuelve como en REC a concentrar la acción en otra comunidad de vecinos en la que nada es lo que parece.
Pedro Villena
Un rayo de luz en la filmografía de Daniel Sánchez Arévalo, que se dio la oportunidad de dar una nota de color a su visión agridulce de la vida con esta comedia positivista, en la que vuelve a rodearse de su inseparable elenco de intérpretes: Raúl Arévalo, Quim Gutiérrez y Antonio de la Torre.
Pedro Villena
Benito Zambrano lleva a la pantalla la enésima historia de la guerra civil española, una apuesta que podría ser arriesgada por lo cansino del género y porque el público está algo harto de historias maniqueas como Las 13 Rosas (2007). Pero merece la pena dar una oportunidad a esta excepcional historia asentada en dos pilares que garantizan estabilidad: la novela homónima de Dulce Chacón y el soberbio elenco de actrices. Zambrano nos cuenta la historia desde su lado más emocional pero con criterio y alejado de sentimentalismo facilón. Nos arrastra por una historia que nos atrapa, que nos conmueve y que quizá debería haber llegado treintaitantos años antes.
Gonzalo Ballesteros
Tras ganar la Concha de Oro en el festival de San Sebastián, lo que debería haber supuesto un espaldarazo al cine de Isaki Lacuesta, se convirtió en un cuchillazo por la espalda, al recibirla entre abucheos y con buena parte de la crítica descalificando su obra. Pero también Isaki sabe que su cine juega en otra liga, no debería discutir ni protestar a los árbitros, no necesita los tres puntos para ganar el partido, su cine habla por si solo. Los Pasos Dobles es un film de aventuras en el que el arte medita sobre el propio arte, quizás hecha de espaldas al gran público, pero de cara al propio cine. Una joya repleta de imágenes bellísimas que plasman con fascinación una historia que conjuga realidad y ficción para descubrir el mito, otra muesca que añadir a su poliédrica obra.
Antonio M. Arenas
Esperado reencuentro entre Pedro Almodovar y Antonio Banderas, en la que ha resultado la película más impersonal del genio de La Mancha. Almodovar tiene entre las manos un guión magnífico que sin embargo se muestra apresurado en mostrar, sin dejar tiempo al reposo que merece la dimensión de lo expuesto. Sacrifica los tiempos en pos de una tensión que logra mantener todo el film, Hitchcock contempla orgulloso. Quizá le falte riesgo, pero quizá sea una apuesta por conseguir contentar a todo el público y eso es evidente que lo ha conseguido.
Gonzalo Ballesteros
Es gratificante comprobar como el cine español, más concretamente un par de guionistas y un director como Max Lemcke, tiene la opción de criticar aspectos de la realidad de su país que muchos otros prefieren evitar por su carácter luctuoso y poco comercial. Y es doblemente gratificante ver esa crítica convertida en una gran película y descubrir que Fernando Tejero es capaz de realizar una interpretación dramática de primer nivel.
Pedro Villena
la verdad por algo tiene que la number one.esta pelicula esta de pocas y si hay alguna duda para la publicidad no mas vealo y luego comentas.oky doky…