Uno no tiene demasiado a menudo la oportunidad de conocer y entrevistar a un compositor de la talla de Roque Baños (Jumilla, 1968), y menos aún de hacerlo en el estudio de grabación de su propia casa. Ganador de tres premios Goya y homenajeado en el pasado Festival de Cine Español de Málaga, conversamos con él en plena ebullición del estreno de Evil Dead, remake de la mítica película de Sam Raimi del que compone la excelente banda sonora. Además, tenemos la suerte de hacerlo días antes de su marcha a Los Ángeles, donde ha decidido fijar su residencia para probar suerte en Hollywood, después de haberlo hecho todo (y bien) en nuestras fronteras. Esperemos que su notable trabajo dotando de atmósfera al terror sea tan solo el comienzo de una larga relación con la industria americana. Él también, claro, nos comenta amigable y esperanzadamente. Mientras tanto, charlamos acerca de su llegada al proyecto de Evil Dead, sus expectativas y sobre Bruce Campbell, cómo no.
¿Cómo te llegó el proyecto de Evil Dead?
Pues fue casual, gracias a Maria Aceves, una chica que es actriz y está viviendo en Los Ángeles. Era amiga de Fede y en una cena me comentó que sería bueno que nos conociésemos, ya que además estaba metido en este proyecto y tal. Pues mira, voy a intentar encontrarle aunque sea en Facebook, me dije. Así que entré y le mandé un mensajillo: Yo soy tal, nosequé, hago esto, si estás por aquí podríamos vernos. Y él me contestó entusiasmado: Roque, soy fan tuyo y fan de tu música desde La Comunidad, etc… y ahí ya me preguntó si yo querría hacer la banda sonora, aunque no iba a ser nada fácil convencer a esta gente de que fuera alguien a quien ellos no conocen. Lo de Hollywood es una cosa muy cerrada, y mucho más para este tipo de películas. Tienen que ver que allí tienes cierta trayectoria, y yo no la tengo, yo la que tengo es aquí, y lo que he hecho que allí más o menos se conoce tiene unos cuantos años, como puede ser El Maquinista (2004) o Sexy Beast (2000).
Así que él tuvo que convencer a Sam Raimi, Robert Tapert y Bruce Campbell, que además ya le habían dicho que querían el músico fuese el de las antiguas (Joseph LoDuca). Fede insistió, insistió e insistió hasta el último momento, tanto hasta que les acabó convenciendo. Y les convenció de una manera muy hábil y muy de agradecer por mi parte. Él montó la película con músicas de otras películas, como se suele hacer allí para ver cómo queda, saber que estilo le puede venir mejor y tal. Pero lo que hizo Fede fue montarla solamente con música de películas mías, como las de Frágiles, Intruders y otras. Y eso fue lo que les convenció, cuando vieron ese montaje y le preguntaron de quien era esa música, contestó: Pues de quien yo quiero que la haga, de este tío (risas).
A la hora de componer la banda sonora de Evil Dead, ¿dependiste mucho de las originales o las volviste a ver?
Yo las conocía, claro, pero para nada nos fijamos en las antiguas en cuanto a música. Lo que sí querían los productores es que la música fuese, digamos, clásica en cuanto a estilo, acústica, no buscaban una cosa típica electrónica, ellos querían una orquesta. Sí que me contó Fede que en un principio habían pensado eso, en una música mezclando electrónica, pero conforme vieron como iba quedando la película, el carácter gótico que tiene en las posesiones, pero sobre todo en el final tan apoteósico, querían una música sinfónica, con coro, para darle un carácter incluso épico al final, gótico. Las antiguas no son así. Lo que sí querían es que la música diese mucho miedo, que marcase bien el terror.
En el principio de la película, un preámbulo que no tiene nada que ver con las originales, la banda sonora incluye coros, es mucho más orquestal y épica que las de las originales. ¿Cómo se decidieron a dar este cambio?
Pues como te decía, porque cuando vieron toda la película montada se dieron cuenta de que hacía falta una banda sonora grande. Incluso ya en ese preámbulo hay orquesta grande y coro. Cuando esa chica está atada y empieza a arder, si te fijas hay un coro que está jaleando.
Parecen las almas del demonio
Es que como si fueran las almas poseídas que están ahí quejándose. Incluso al final de esa escena, cuando aparecen los títulos, hay una gran explosión de sonido y música. Luego ya, desde el principio de la película hasta el final la banda sonora va haciéndose cada vez más grande y más grande, hasta que llega esa última secuencia que es como el clímax. Con esas escenas no se podía pensar en una música que no fuese grandilocuente.
Aunque una composición de terror te obligue a crear momentos atronadores, en Evil Dead te permites poder trabajar con la orquesta de otra manera que encaja muy bien con el estilo visual que imprime Fede. Su puesta en escena preciosista, con un gran trabajo de fotografía detrás, hace resonar temas como Big Brother, por ejemplo, que no son habituales en una banda sonora de terror, pero en cambio quedan magníficamente.
Contrasta con el resto y da cierto respiro. No toda la película es siempre terror, hay momentos un poco sentimentales, como ese o como cuando él intenta revivir a su hermana, otro momento muy melancólico. Esos temas también están al final, pero ahí entran más como épica y liberación. Sí, hay un contraste de música que da ese juego entre lo sentimental y el terror.
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En el género el espectador teme encontrarse una banda sonora hecha puramente de subidones de volumen, pero afortunadamente no es el caso. Supongo que por tu parte también habrá habido un riesgo a no caer en este tipo de efectos, trabajando el ambiente y las atmósferas, agrandando la relación de los hermanos con sus propio temas, funciona y es de agradecer.
Ahí está. Tú lo has dicho mejor que yo (risas).
No de esta manera tan rotunda, pero en tu filmografía ya habías tocado el género, de hecho incluso las bandas sonoras de La Comunidad o Balada Triste de Trompeta en cierto modo ya eran de terror.
Sí, sí, de acción y terror. Lo que sí que está claro es que no he hecho nunca una banda sonora tan terrorífica como esta, a pesar de lo que antes comentábamos. También es cierto que es una música casi siempre muy sujeta a las imágenes, pero sin embargo no en el sentido de dar susto y ya está, sino que hay mucha música que está de fondo, con sus colores oscuros, que muchas veces no te das cuenta te está predisponiendo a un mal rollo y malestar.
Viendo en tu obra películas como El Maquinista, Frágiles o Intruders, el salto a Evil Dead parece una continuación lógica, recompensa el mérito de tu trayectoria. Supongo que este trabajo esperas te abra esas puertas tan difíciles de Hollywood de las que hablabas.
Es lo que espero (risas). No sé aún. La verdad es que hay mucho entusiasmo por parte de todo el mundo, no solamente por los productores de aquí, que ya me dijeron que si estoy envuelto en cualquier otro proyecto, que me vaya dando prisa, sino que mi agente también está entusiasmado. Pero como fue entregarla y venirme a España para hacer otra película, que se llama 360 y que produce Santiago Segura, hasta que no me vaya de vuelta no sé cual será la reacción. Ya en el estreno en Austin, en el festival South by Southwest, participamos en una rueda de preguntas, como es típico después de cada proyección, y hubo varias personas que hablaron de la música. Pienso que hay un interés por lo distinta que es a lo que creo se viene haciendo últimamente en el cine de terror, más basadas como decíamos antes en lo electrónico. No sé cómo va a ir, ya nos enteraremos.
Tú que eres un compositor clásico y de orquesta sinfónica, ¿cómo ves la erupción en el cine de la música electrónica? El trabajo de Trent Reznor y Atticus Ross, de Daft Punk, Cliff Martínez o recientemente la banda sonora de M83 para Oblivion.
Yo, por supuesto, no tengo nada en contra de las bandas sonoras electrónicas, incluso funcionan muy bien en esas películas. No creo que deba ser una cosa u otra lo que deba prevalecer, depende mucho del tipo de película que sea. Si quieres que te de mi opinión, creo que lo perfecto sería una especie de simbiosis entre las dos, que se pudiese compaginar orquesta con música electrónica dentro de una misma banda sonora. Yo considero que lo que sí que da un orquesta, o cualquier formación de tipo clásico, es la variedad de temas reconocibles. Que haya melodías que se puedan utilizar como temas y que la música de la película no sea una parte más del sonido, sino que otorgue cierta dignidad musical, no sé como decirlo. Que tú oigas un tema y pienses en esa película. En Evil Dead esa era otra de nuestras metas, de Fede y mía, no hacer una banda sonora puramente efectista, sino darle humanidad, que de repente pueda aparecer ese tema que te permite respirar y de el peso a la película.
Vaya, que haríamos una banda sonora perfecta con un tema principal de John Williams y otros ambientales como los de Trent Reznor en Millennium. ¿Te verías trabajando alguna vez con música electrónica? ¿O lo has hecho ya?
No lo he hecho a ese nivel, pero sí que por ejemplo en películas como Celda 211 hay una gran parte de percusión, otra gran parte de electrónica y otra de cuerda. Entre todo se ha dado forma a esa banda sonora, yo creo que se puede hacer perfectamente, lo haría encantado. Incluso hay algún momento en Evil Dead, no muchos, pero sí que hay alguno, en estas músicas que están más de fondo y no se dejan notar tanto, en donde la orquesta no va sola sino que hay otra parte de sintetizadores creando una especie de ambiente. Sí que se puede hacer y sí que lo haría.
Cambiando de tema, ¿cuáles son tus compositores favoritos actuales?
Yo soy fan de la música de John Powell. Me encanta, aparte le conozco en persona y es un tipo majísimo. También tengo gran admiración por James Newton Howard, un ejemplo de alguien que siempre ha combinado muy bien sonidos distintos, electrónico con orquesta e incluso con pop. Para mí es el que más sabe de todos porque tiene muchísimas bandas sonoras en estilos totalmente dispares, incluso mezclados, y es una maravilla. De hecho, una de mis bandas sonoras favoritas de todos los tiempos es la de Grand Canyon (Lawrence Kasdan, 1991).
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Nota: A los aficionados españoles de la NBA seguro os suena.
James Newton Howard ha compuesto todas las bandas sonoras de M. Night Shyamalan, dando lugar a una compenetración muy profunda de la que han salido grandes obras. En tu caso, también has repetido con la mayoría de los directores que has trabajado, supongo que surge una relación muy beneficiosa, ¿no?
Sí, claro. Hay gente con la que he hecho tantas cosas que… (risas) Y ya sé lo que quieren, es todo más fácil.
Algo que creo no se valora en su justa medida es la diversidad de un artista. En tu carrera has trabajado en todo tipo de películas, has hecho comedia, cine de acción, casi un western como 800 Balas, terror… ¿Es tu intención ser un compositor polifacético o solo te ajustas a las exigencias de cada película.
Por supuesto es mi intención, me encanta variar de una música a otra. Uno de mis grandes temores con Evil Dead, porque Hollywood tiene este tipo de cosas, es que me encasillen. Si has hecho una película exitosa de un estilo, solamente te llaman para hacer ese mismo estilo, y creo que hasta hora lo que menos he hecho ha sido terror. He hecho mucha comedia, muchísima, he hecho mucho cine de acción, como pueden ser los Torrente, he hecho muchos dramas, que son los que me han dado los Goya, como Los Crímenes de Oxford o Las Trece Rosas. Pero de miedo he hecho solo tres, sin contar las Películas para no dormir que hice con Alex y Jauma, no mucho más, por eso no me gustaría que allí se me encasille y que esté viendo sangre lo que me queda de carrera (risas).
Pues como se les ocurra hacer un Alatriste zombie, como el de Orgullo y Prejuicio, igual te van a llamar.
Ya, podría ser, es la moda (risas).
Por último, y esto ya es como fan de Evil Dead, no podía evitar preguntarte cómo fue conocer a Sam Raimi y Bruce Campbell.
Son muy divertidos. Sam Raimi al principio puede parecer más reservado, pero es una persona que tiene mucho sentido del humor, aunque lo explota solo en petit comité, cuando coge confianza. Bruce Campbell es igual que como te imaginas, pero convertido en showman. Él fue la estrella en el estreno en Austin. Pero claro, también tienen al que está más metido en todo, controla y da el visto bueno último a las cosas, el otro socio, Robert Tapert. Es la mano dura que hace falta (risas).