Joan Antúnez: “Sería feliz viajando a Roland Garros y Wimbledon volviendo a hacer OUT de nuevo”

Joan Antunez Out

OUT es un cortometraje tan inusual como sorprendente, otra muestra significativa de que no es sino en el cine español de no-ficción donde se encuentran los mayores riesgos creativos y talentos de nuestra generación. Gestado dentro del Máster en Teoría y Práctica de documental creativo de la UAB, su director Joan Antúnez trasciende su condición académica creando, desde las entrañas de un torneo de tenis en Barcelona, un ensayo rítmico sobre un deporte que no presenciamos, del que escuchamos y vemos su reflejo en el entorno que lo rodea: recogepelotas, espectadores, marcas publicitarias y otros elementos que subvierten de forma sugerente los conceptos más elementales de la tradicional realización televisiva.

Tras haber coincidido en varios festivales a lo largo del año, conversamos animosamente a su paso por Curtocircuíto, acerca de las distintas etapas del proyecto, su recepción, la ambición personal y creativa tras sus imágenes y, por supuesto, sobre el mundo del tenis. Además, como regalo, acompañamos la entrevista de un enlace a vimeo para ver OUT en exclusiva.

El recorrido de OUT comenzó por la Sección oficial de Punto de Vista y te ha llevado a muchos de los festivales de cine documental más prestigiosos de España, algo nada fácil para ser tu primer cortometraje.

Como soy nuevo dentro del mundo del cine y relativamente joven, no me planteaba un circuito determinado de festivales. Ahora hablo con gente que tiene objetivos de festivales muy claros, yo en su día tenía tres o cuatro festivales por los que empezar. Evidentemente Punto de Vista era uno de ellos, pero si hubiera sido otro o no hubiera gustado al comité de selección, pues mira, a lo mejor OUT habría ido por otros caminos. Pero sí, la verdad es que he tenido mucha suerte, todo el mundo me lo dice y yo aún no me lo acabo de creer. Entiendo que cuesta llegar, pero yo lo veo todo como un juego, al final estás trabajando con personas que valoran tu trabajo y el público queda muy alejado.

Por tanto, valorar si voy por el buen camino o no es complicado, entiendo que son festivales de renombre, por el recorrido que he tenido en España estoy muy contento. Empecé por Punto de Vista, un sitio donde te cuidan mucho y la programación está muy pensada. A partir de ahí Málaga, estuve también en LUPA, una muestra de cine documental que me encantó, el Atlántida Film Fest, que era un poco extraño tener la película en la plataforma sin tener ningún tipo de feedback. Y por último estuve en Alcances, donde quedé muy contento con su director, Javier y su equipo. Ahora aquí en Curtocircuíto, Toulouse, Alcine… no puedo pedir más.

Aprovechas la oportunidad para acompañar la película, se nota que te gusta presentarla y encontrar la reacción del público.

A mí es lo único que me genera interés, la verdad. Que la película esté por ahí dando vueltas hasta cierto grado es gratificante, o no. A mí lo que me gusta es conocer a la gente, conversar sobre cine, filosofía, la vida. Esta última noche estaba en una taberna gallega hablando con un señor que es actor, fotógrafo… y a mí eso es lo que me enriquece más, acompañas la película, conoces la ciudad, la gente, hablas sobre tu película y sobre las otras. Es una manera única de conocer el mundo y a las personas.

Out

Nos guste o no, OUT se encuadra en un determinado cine experimental o de vanguardia, de búsquedas formales, que lo alejan bastante del gran público. No sé si pensabas realizar un estudio técnico muy teórico o una inmersión abierta también por ejemplo a espectadores de tenis.

No ha sido hasta llegar a Santiago cuando no me he planteado este tipo de cosas. OUT y todo lo que hago lo he hecho para mí. OUT nació de mi necesidad de ver ese fuera de campo, pero verlo desde una visión limpia, como si fuera una hoja en blanco, enfrentándome a esa nueva gramática de movimiento y acciones con el cine. Lo podría haber hecho a través de escritos, no sé, últimamente estoy pensando bastante en expandir la película a una instalación para museos, porque también tiene un sentido muy lógico. Realmente la película la hago para mí, trabajando así te hace más ilusión que a la gente le parezca interesante.

En Curtocircuíto OUT formaba parte de la sección oficial Explora, dedicada al cine más vanguardista, junto a directores como Lois Patiño, Ben Russell o Mike Hoolboom. Además, se proyectó en una sesión que se nutría de los elementos de lo real para habla de lo fantasmagórico, por lo que volví a ver OUT como una película sobre fantasmas, en la que no hay tenistas pero sí queda su eco de fondo. El resultado adquiere una vida diferente supongo a la que tú incluso pensabas.

Sí, de hecho esto gratifica aún más. Fui muy minucioso en mi forma de trabajar, a la hora de cortar cada plano, enfrentándome a decisiones demasiado profundas y filosóficas que el espectador tampoco puede llegar a comprender. Pero sí que es cierto que con nuevos visionados se puede profundizar en otros aspectos, eso me anima a pensar que hice bien las cosas.

Siguiendo con esta edición de Curtocircuíto, uno de sus invitados es el cineasta danés Jørgen Leth, al que precisamente han dedicado una retrospectiva que se centra en sus películas deportivas.

Cuando le conocí ayer le dije “oye, tenemos que hablar” (risas), pero como que no hemos encontrado el momento. Me parecen muy interesantes los cineastas que exploran el deporte, es un tema que parece como prohibido. Su primera película, Moving Picture (1970), me fascinó por su visión fría y analítica cercana a Muybridge. La distancia que crea entre espectador e imagen te permite poner a ti un grano de contenido. Sus películas tienen tantas capas en la misma imagen que creo cuando las vuelva a ver tendré una perspectiva más completa. Hay veces que las imágenes están tan cercanas a ti que no puedes hacer una crítica muy acertada de lo que estás viendo, pero hay cineastas que consiguen poner una distancia y tú puedes participar un poco. En esa película Jørgen Leth te propone dar un paso adelante para interactuar.

Motion Picture - Out

Motion Picture (Jørgen Leth, 1970) – OUT (Joan Antúnez, 2015)

Leth compone de forma asincrónica tres imágenes del tenista efectuando el saque, un ejercicio plástico pero también un trabajo sobre la figuración del cuerpo y la imagen, temas sobre los que tu película abunda en los planos de la pista de tenis con el movimiento de las pelotas y el sonido. No sé si tu interés se encontraba más en la estética del tenis o en la realización deportiva.

El tenis era la excusa. Hacer una película sobre deporte no era mi preocupación principal, sino que vi unas determinadas personas con una plasticidad, movimientos y expresividad… unas caras repleta de concentración, nervios, sudor… vi que había mucha tensión emocional y fui por ahí directamente.

¿Tenías un guión definido antes de rodar o la película surge en el montaje?

Teníamos que tener un guión porque participaba Televisión Española, pero era una especie de estructura en la que explicábamos cómo iba a ser la película. Y esa estructura reventó por todos lados nada más llegar al primer día de rodaje. Queríamos hacer un poco el recorrido durante todo el torneo, una cosa absurda, porque cuando llegamos allí nos dimos cuenta de que era imposible. En cambio, había acciones que sabíamos que iban a suceder, sabíamos cómo entraban y salían los recogepelotas, los turnos de cambio los momentos de espera, también sabíamos que los jueces de silla penalizan a los líneas cuando se equivocan, etc.

Hay todo un compendio de cosas que sabíamos que pasarían, por lo que hicimos una estructura circular, creando una especie de árbol con subtemáticas y subtramas de las que salían otras. La película era un croquis de todo esto, por lo que trabajamos con sensaciones y básicamente por colisión de imágenes. Fue una película absolutamente de montaje, por mucho que teníamos planteadas las secuencias, no fue hasta que llegamos al montaje cuando la película nació absolutamente. Teníamos una imagen central y nos basábamos mucho en ella, las que venían antes y las de después tenían que tener una cierta reverberancia y porosidad.

La sensación que me deja OUT es la de estar en constante búsqueda, mutando en reacción a los elementos que dispones, tanto que si volvieras a hacerla sería completamente distinta.

Segurísimo. De hecho a lo mejor de aquí a unos años vuelvo a hacerla (risas). Se podrían hacer muchas versiones distintas y sería un ejercicio muy sano. El cine pocas veces hace esto, en cambio los pintores son capaces de rehacer su obra con múltiples versiones un mismo paisaje o tema, o de autorretratarse mil veces. Pero en el cine como es tan complicado moverse y hacer películas… Yo sería feliz viajando a Roland Garros y Wimbledon, a todos lados, volviendo a hacer OUT de nuevo, porque probablemente en cada torneo saldría una película quizá no totalmente diferente, pero en la que sí podría profundizar en otros aspectos. Hay una cantidad inmensa de subtemas que no he podido meter en la película. Por problemas de producción comenzaron a dejarnos grabar menos cada día que pasaba, por lo que cada día teníamos que rehacer  y repensar la película. Los primeros días grabamos mucho pero no grabamos eficazmente porque no habíamos visto esa realidad anteriormente, al enfrentarnos a todo lo que sucedía allí estábamos con una visión muy virgen y no sabíamos como controlar las imágenes que queríamos buscar. Ojalá pudiera hacer otra versión de OUT, desde aquí llamo a productores para que me ayuden (risas).

Estaba pensando de nuevo en Jørgen Leth y sus Cinco condiciones, en cómo vuelve a su pieza original para crear nuevas películas. En OUT la contra-realización de tenis y el fuera de campo permiten que cada visionado sea nuevo, en especial siguiendo un deporte en el que solo existe lo que se ve, tan atento al movimiento.

Toda la película es básicamente eso, una contra-realizacion, una contra-mirada, de hecho tuvimos que reeducar nuestra mirada. Nos planteamos que OUT era un estudio sobre la mirada, repensar cómo se mira, por qué estamos mirando lo que estamos mirando, por qué seguimos viviendo en el día de la marmota viendo las mismas imágenes. En el deporte es así, siempre es lo mismo. Y entiendo que haya una fascinación por el qué pasará y la lucha entre hombres y mujeres en el terreno de juego, pero al final las imágenes se repiten siempre. Pese a ir con esta predisposición, a mi mismo y al director de foto se nos iba la mirada donde supuestamente deberíamos estar mirando que era el partido.

 Out

Unos de los aspectos fundamentales de OUT es el trabajo con la banda sonora. ¿Cómo seleccionaste la música?

Yo siempre pienso que he entrado en el cine por el jazz. Soy un apasionado del jazz y de la música, creo que se ve muy claramente en el ritmo de las imágenes, OUT casi parece un musical. Estoy demasiado impregnado por los ritmos musicales. Ahora estoy trabajando en otras películas y me doy cuenta de que siempre busco imágenes que se puedan articular de una manera musical, en las que pueda encontrar una manera de montarlas de forma melódica, atmosférica o que tengan pequeñas sonatas internas.

Ninguna canción la teníamos antes de empezar a montar. Quizá mi manera de trabajar no es la más convencional, empezamos a visionar la barbaridad de horas que teníamos y a medida que íbamos montando íbamos sonorizando, haciendo diseño sonoro a la vez que el montaje de imagen. Desde el principio estábamos buscando sonidos rítmicos, mi manera de trabajar es a partir de ritmos musicales, añado la imagen, quito el sonido y valoro la imagen, modifico la imagen y vuelvo a meterle otros sonidos… Y dentro de ese juego, de quitar-poner y buscar ciertos temas musicales, junto a Diana la técnico de sonido empezamos a encontrar lo que queríamos.

Usamos un tema de la película de Gustav Deutsch Film Ist. (1988), la parte de campanas que suena al principio. Parecen simples campanas, pero tienen una complejidad sonora súper interesante, muy enfática. Nos pusimos en contacto con Gustav y le dijimos que nos encantaría usar su sonido y no nos puso ningún problema. Los otros temas, como íbamos montando sonido e imagen a la vez, los fuimos cambiando cada dos por tres pero siempre con el mismo estilo.

Además de esa construcción sobre el fuera de campo televisivo y del espectador, hay una mirada muy nítida al ambiente del deporte, al público, la presencia de marcas comerciales el constante… El conjunto refuerza esa imagen elitista del tenis.

Sí, cuando estábamos pensando la película surgían esas dudas. El tenis aún tiene ese estatus elitista de alta sociedad burguesa. Vas a la zona VIP y es elitismo puro, solo hay gente a la que no le importa el deporte y van allí para hacer relaciones públicas, al igual que pasa con el fútbol y otros deportes, ya sabes. Pero no quisimos profundizar en esos aspectos ya que nos alejábamos del tema principal. Por eso insisto en que dentro del mundo del tenis hay muchas películas.

Otro subtema que no tratamos es el maltrato que sufren los niños y niñas. La semana previa al torneo fuimos a ver entrenar a los recogepelotas. Les hacen pruebas, les explican cómo trabajar y seleccionan a los mejores para el torneo. Bueno, allí había unas broncas que llegaban al insulto, faltas graves de educación. Por momentos nos quedábamos sin respirar viendo a un señor gritando a niños. Entiendo que es un deporte muy exigente y hay mucha presión, pero no se puede tolerar que machaquen a los chavales de esta forma. Con el paso de los días fuimos conociendo a los niños y al final nos hicimos amigos, estábamos todo el día con ellos. Les pusimos GoPros y grabamos imágenes impactantes. Llegaba el encargado de turno y les metía un broncazo porque no habían dado la toalla como debían, cosas que no procedían. Y también estuvimos muy tentados a utilizar ese material, pero habría cambiado OUT por completo.

Por eso animo a mas cineastas a que entren ahí, sobre todo a seguir el trabajo de los recogepelotas, los sacrificios voluntarios que realizan. Porque ellos quieren estar ahí, saben que es una manera de crecer dentro de ese mundo. Los niños quieren ser tenistas aceptan de alguna manera que el deporte de élite tiene una forma de educar como un ejército, forma parte de su aprendizaje.

Hay una tensión en cada imagen de los recogepelotas que traspasa el ensayo formal para subrayar esa realidad.

Yo no sé por qué, pero en la secuencia de la niña de la toalla se me remueve absolutamente todo. La ultima imagen en la que la niña se va fuera de campo, dejando el cuadro vacío, es como una exhalación de aire. De esas secuencias teníamos muchas, pero quizá por ritmos u otras ideas no profundizas en ello.

Out

OUT surge dentro del Máster de documental creativo de la Universidad Autónoma de Barcelona. Visto en perspectiva, ¿cómo crees que influyó en este proceso?

En algunos aspectos evidentemente favoreció mucho. Cuando uno se enfrenta a una hoja en blanco, como era nuestro caso, hay cierto puntos que no se tienen muy claros. En el proceso de montaje nos animaron a explorar una forma cinematográfica más radical y eso estuvo muy bien. Al principio íbamos pasando las típicas fases, como si estuviéramos trabajando en una productora, exponiendo lo que íbamos a hacer, pero al final acabamos haciendo lo que nos dio la gana (risas).

Además no fue solo el trabajo con el Máster, sino con Televisión Española. Era un escollo tener que justificar el resultado a personas que están tan alejadas del cine que estábamos haciendo, pero que veían había algo interesante. Luego no les acaba de gustar, te piden que lo cambies por completo a un día de acabarla… Y ahí es donde tienes que decidir, nos la jugamos, dejamos la película tal cual y mira. Hay que saber seguir los instintos y no dejarse influenciar por comentarios ajenos.

¿Qué te parecería que en el futuro Teledeporte emita Roland Garros y en los descansos OUT?

¿Te imaginas? (risas) Yo creo que la televisión no deja espacio para el silencio, la contemplación. Soy relativamente joven, pero ya veo el cambio de contenidos, ahora son impensables algunas propuestas que existían en los 80. La realización televisiva y los informativos están realizando cada vez más estrategias propias de un tráiler de cine. En los descansos de las retransmisiones deportivas hacen una especie de highlights con momentos que la cámara no ve, pero es tan rápida y fría, vomitan imágenes sin ningún tipo de contexto.

¿Por dónde quieres continuar en próximos proyectos?

Ahora voy por todo lo contrario. Estoy repensando las imágenes desde dentro. En OUT quise trabajar el exterior de la imagen usando otras imágenes, o el interior del imaginario visual con otras imágenes que no solemos ver. Ahora estoy en el otro extremo, acercándome a la propia imagen que tenemos delante. Estoy leyendo mucho sobre slow cinema, cine inmóvil, paisajístico… De hecho, tengo entre manos una película de paisaje puro de la que tengo que perfilar la postproducción, a lo mejor dentro de poco se verá por ahí. Ahora me interesa el estudio del paso del tiempo, estoy haciendo una película exclusivamente para que un músico de jazz improvise sobre las imágenes a modo de partitura visual.

Puedes ver OUT (Joan Antúnez, 2015) a continuación

1 Comment

  • Perdonad, pero me he tragado el cortometraje dos veces por habérmelo encontrado en dos sesiones en festivales.

    Es una CASTAÑA como una catedral. Podría desarrollar esta afirmación, pero ¿debo? ¿Acaso el cortometraje intenta desarrolarse en algún aspecto, más allá de avasallarnos con una supuesta sensibilidad en la que se congratulan teorías abstractas sobre imagen? Pues eso, respondo al mismo nivel de comentario desde el que intenta hacernos creer que es cine avanzado (por lo que no necesito más justificación):

    C.A.S.T.A.Ñ.Ó.N

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